Se levanto con la resaca del amor y al mirarse al espejo recordó los momentos magicos de una relacion que paso como un relampago. Se lavó la cara y al volver a mirar en el espejo, se vio a si mismo. Una cara marcada por el devenir de las emociones. Una muesca triste y deformada, le trajo toda la amargura de la existencia. Su amada, idealizada por el Deseo y la ansia de apartar la desolacion, le apareció nitida, en belleza y dulzura. Paró su respiracion y el estomago se puso duro como un puño apretado. Miró sus ojos adormilados y enrojecidos y sintio el Dolor atravesarle todo el cuerpo.
El café, en el fuego de la cocina, quedó desparramado sobre el suelo y su olor fuerte le recordó que el tiempo era su enemigo mortal. Un acompañante que le venceria a pesar de su lucha Interior.
Un nuevo dia para comenzar o para acabar aquello que nunca se empezo. El sol salia timidamente, como pidiendo permiso por su atrevimiento. Desparramo la azucar por la mesa, parecian diamantitos arrojados a la luz. Cada estrellita de azucar era una emocion, todas brillaban y punzaban con el mismo Dolor. Esa mañana ,recien estrenada, atraia a los objetos contra el suelo, saltando de las manos de él. Todos los recuerdos se precipitaron en huida hacia adelante, hacia el Vacio de una existencia unida por retazos inconesos de Personajes, por el Dolor de lo Desconocido, por la ansiedad de llegar lo mas pronto a su muerte anunciada.
Se sentó junto a la mesa, llena de desperdicios del dia anterior. El café amargo y frio entro por su garganta , ávida de llenar su alma de inmundicias, que le dieran la sensacion de plenitud, de falso relleno, para ahogar las penas que estaban por Devenir en ese mismo dia. Avanzaban las horas en el viejo reloj de la cocina, el tiempo deberia transcurrir hacia la huida de una metrica sistematica. Desbocar las horas, atropellarse unas a otras, hacia un atardecer que le anunciaria una muerte inmediata. Una noche donde el sueño desdibujaria su anelo a los amores imposibles. Era Domingo y No sabado como el hubiera querido.
Al mediodia , a la plenitud de un Sol vacilante, como una bola arrojada al espacio que no puede frenar su propio impulso. Sintio la grandeza de sus pensamientos y poco a poco le fueron pesando en sus entrañas.
El arroz se pasó de cocion y al removerlo se convirtio en gachas blancas e incomibles. Lo comió con resignacion.
Su vida sufria este desgaste energetico, nunca las cosas sucedian en el tiempo adecuado y su desfase con la vida lo hicieron Incosciente, con un sabor amargo producido por pequeños placeres , ya caducos.
La angustia, le llegaba de repente , a la caida del sol.
El té verde sobre la mesa reposaba sus esencias. El reposo de la tristeza en un cuerpo abatido por el Olvido. Solo este estado de depresión lo hacian Consciente y tener visión sobre si mismo. La alegria y la felicidad eran una distorsión ridicula de la Verdad. Solo en este estado de opresión, lo liberaba de una carcel hecha de Ansiedad. El Deseo era un aroma atractivo ,pero habria que dejar reposar al Té, a la Tarde, a la Vida para tener ese momento de gloria. Una Victoria efimera sobre un mar de Incertidumbre. El té estaba ,AHORA , en su punto, con el explendor de la menta y el agrio del té, endunzado por el nectar de su sonrisa interior.
Era Domingo y el Ocaso se producia por la linea quebrada de un mar de edificios. El sol se despidió timidamente, como si quisiera disculparse por su ausencia. La Noche llego de repente. Quedó sorprendido. Ya era la noche y él No estaba preparado. La Disfunción volvio a su mente. El recuerdo de su vida se hizo inmenso y la amargura le brotaba en su garganta como un nectar fatal y definitivo. Era Domingo, era la Noche, era demasiado tarde para él. Esparramó sus sentimientos entre las estrellas de la noche. Una sensacion de Cansancio, agotó su cuerpo.
Fué un domingo a horas corto a deshoras largo , pero fue un domingo aburrido. Lleno de Altibajos y Cachivaches. De soledades, de Desamores.
Alfin y Alcabo un Domingo Cualquiera.
El café, en el fuego de la cocina, quedó desparramado sobre el suelo y su olor fuerte le recordó que el tiempo era su enemigo mortal. Un acompañante que le venceria a pesar de su lucha Interior.
Un nuevo dia para comenzar o para acabar aquello que nunca se empezo. El sol salia timidamente, como pidiendo permiso por su atrevimiento. Desparramo la azucar por la mesa, parecian diamantitos arrojados a la luz. Cada estrellita de azucar era una emocion, todas brillaban y punzaban con el mismo Dolor. Esa mañana ,recien estrenada, atraia a los objetos contra el suelo, saltando de las manos de él. Todos los recuerdos se precipitaron en huida hacia adelante, hacia el Vacio de una existencia unida por retazos inconesos de Personajes, por el Dolor de lo Desconocido, por la ansiedad de llegar lo mas pronto a su muerte anunciada.
Se sentó junto a la mesa, llena de desperdicios del dia anterior. El café amargo y frio entro por su garganta , ávida de llenar su alma de inmundicias, que le dieran la sensacion de plenitud, de falso relleno, para ahogar las penas que estaban por Devenir en ese mismo dia. Avanzaban las horas en el viejo reloj de la cocina, el tiempo deberia transcurrir hacia la huida de una metrica sistematica. Desbocar las horas, atropellarse unas a otras, hacia un atardecer que le anunciaria una muerte inmediata. Una noche donde el sueño desdibujaria su anelo a los amores imposibles. Era Domingo y No sabado como el hubiera querido.
Al mediodia , a la plenitud de un Sol vacilante, como una bola arrojada al espacio que no puede frenar su propio impulso. Sintio la grandeza de sus pensamientos y poco a poco le fueron pesando en sus entrañas.
El arroz se pasó de cocion y al removerlo se convirtio en gachas blancas e incomibles. Lo comió con resignacion.
Su vida sufria este desgaste energetico, nunca las cosas sucedian en el tiempo adecuado y su desfase con la vida lo hicieron Incosciente, con un sabor amargo producido por pequeños placeres , ya caducos.
La angustia, le llegaba de repente , a la caida del sol.
El té verde sobre la mesa reposaba sus esencias. El reposo de la tristeza en un cuerpo abatido por el Olvido. Solo este estado de depresión lo hacian Consciente y tener visión sobre si mismo. La alegria y la felicidad eran una distorsión ridicula de la Verdad. Solo en este estado de opresión, lo liberaba de una carcel hecha de Ansiedad. El Deseo era un aroma atractivo ,pero habria que dejar reposar al Té, a la Tarde, a la Vida para tener ese momento de gloria. Una Victoria efimera sobre un mar de Incertidumbre. El té estaba ,AHORA , en su punto, con el explendor de la menta y el agrio del té, endunzado por el nectar de su sonrisa interior.
Era Domingo y el Ocaso se producia por la linea quebrada de un mar de edificios. El sol se despidió timidamente, como si quisiera disculparse por su ausencia. La Noche llego de repente. Quedó sorprendido. Ya era la noche y él No estaba preparado. La Disfunción volvio a su mente. El recuerdo de su vida se hizo inmenso y la amargura le brotaba en su garganta como un nectar fatal y definitivo. Era Domingo, era la Noche, era demasiado tarde para él. Esparramó sus sentimientos entre las estrellas de la noche. Una sensacion de Cansancio, agotó su cuerpo.
Fué un domingo a horas corto a deshoras largo , pero fue un domingo aburrido. Lleno de Altibajos y Cachivaches. De soledades, de Desamores.
Alfin y Alcabo un Domingo Cualquiera.
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