Marco esperaba, consumiendo su ultimo cigarrillo, en la vieja estacion de trenes de la ciudad. La paciencia , tantas veces puesta a prueba, se consumia con cada calada. Eva no llegaba, Iban a dar las diez en el reloj de la estacion y el tren estaba a punto de partir. Marco recordo en un instante, en cada inalacion y exalacion del humo viscoso de tabaco, su amor por Eva y su anelo de amarla hasta la muerte. La vida se mostro esquiva con él, a sus cincuenta años le llego el amor, un amor joven y angelical.Amor a trompicones, en la batalla de la conquista del corazon de Eva. En el altavoz ,de la sucia estacion de provincias, anunciaba la inminencia de la salida del tren que Marco tomaria para nunca volver a esta ciudad. Su cigarrillo, todavia sin consumir, se aferraba a sus dedos. Recordo el primer dia que la conocio, un atardecer de otoño. Marco buscaba habitacion en la ciudad y Eva se la ofrecio en su casa. Tomaron un té y la sonrisa de Eva penetro en su alma y marco su destino. El jefe de estacion revisaba el tren, para dar su salida en breves momentos. Marco miraba, nerviosamente con sus ojos, todas las puertas por donde Eva no aparecia. La colilla de su cigarrillo quemaba sus dedos. Amores imposibles, penso Marco, mientras sus ojos se inundaban del recuerdo de la imagen de Eva. Eva se lo dijo muchas veces- Nuestro amor no tiene futuro, somos generaciones diferentes, yo soy guapa y joven, quiero tener hijos, proyectarme en el tiempo-. Marco quedo congelado ante los pitidos de un tren a punto de partir, la colilla de su cigarrillo se habia apagado. La esperanza de irse con Eva, se esfumaba con el ultimo humo que exalaba por sus labios. Marco salto en el tren en marcha, busco su billete, lo miro,comprobo que su numero de coche era tres vagones mas atras. Marco, sin respiracion aparente, quedo petrificado, su cuerpo andaba como un automata. Su mente se lleno de la emocion mas amarga: la Soledad. Una vida que intuia acabada y sin el amor de Eva. Tropezo, torpemente, con el revisor y este le indico el asiento donde deberia sentarse. El mundo desaparecio para Marco y el vacio absoluto ocupo su lugar.Abrio la puerta del vagon, el amor a Eva pesaba toneladas en su alma, Marco se sintio morir en vida. El vagon le parecio un ataud mugriento y oscuro. Sintio que el tren le transportaba a la otra orilla, al limbo amargo de la existencia.Al llegar a su asiento levanto sus ojos apagados y volvieron a brillar, su piel se volvio del reves, su estomago palpitó al ritmo que el corazón se aceleraba. El tren tomo su maxima velocidad y la luz se hizo en el vagon. Eva estaba , alli, sentada.
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