Las playas solitarias, la Rambla mojada. Los plataneros llorán hojas secas que vuelan con los remolinos de viento. La Ciudad se viste de gris piedra. Por el Tibidabo baja, como un señor, el Otoño con su chistera y su paraguas. Las nubes se amontonan , unas sobre otras, y tiritan de miedo. ¡ ay, Amor, !porque me dejas tan solo , ante tu puerta ! Las campanas requetepican las horas, desde sus escondrijos, en la mañana de Domingo......Pasear....Pensar.....Soñar......talvez ¡Volar! . Sentado sobre una piedra, en el escalón de tu casa, junto al rio, bajo el Algarrobo......Esperando Tú llegada. Es Domingo, como aquel domingo, que guardo su recuerdo....La puerta abierta sobre escaleras alfombradas....El Sol alto en el cielo.....el Verano corriendo hacia un viaje sin retorno y Tú esperandome bajo la sombra dulce del Olivo.......Caen los corazones en los barrancos del Olvido. El Otoño desdibuja el paisaje....las Adelfas pierden sus colores.....las Higueras, antes preñadas, ahora secas, retorcidas sobre sus troncos......En las mañanas de los Domingos, cuando la Ciudad duerme su resaca, Yo te escribo......Los escalones de tu casa ...cuento uno a uno....¡ Tú ya no Estas!!...Te marchastes en las tardes de verano, huyendo por el rio.......Agua sobre aguas removidas....viento sobre viento.
El señor Otoño abre su paraguas y pasea Rambla abajo....buscando el Infinito.....la Muerte anunciada.......el Ocaso de la vida.....¡Otoño Ahora!!!
Las escaleras de granizo reflejan tu rostro enmedio de la noche de otoño. Miro a mi alrededor y no noto la presencia de nadie, sólo las hojas que acarician el suelo de este jardín desordenado.
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