Nunca dejo de llover sobre Sibanicu, desde el dia en que fue fundado. La familia Velazquez se establecio sobre aquel paramo junto al rio , pensando llegar a la tierra soñada y ya entonces una fina cortina de agua los recibio. La abuela Velazquez de tanto recordar a sus antepasados y sus años jovenes llego al olvido mas grande y sus ojos se bañaron de la lluvia mas espesa, entro en la melancolia, ese reino sin principio ni fin, y nunca mas salio una palabra de su boca. Tenia el pelo largo y blanco, la boca desdentada y un porte de hombre destartalado. En un rincon de la casa se dedico a la contemplacion, la vision del gran dilivio por venir.
Pasaban las horas, los dias y los años y el tiempo dejo de existir sobre Sibanicu, las epocas eran contadas por la forma de la lluvia: la epoca de la lluvia tranquila, los tiempos de las inundaciones del rio, la edad de las tormentas de rayos, la decada de las gotas gordas , tan gordas como palomas.
Era la epoca del granizo, los impactos sobre el techo producian un estruendo que ensordecia a la señora Velazquez, poco a poco entro en el devastador mundo de la Preocupacion.No paraba quieta y ponia barreños para las goteras que caian sobre un suelo ya mojado.Para ella nada estaba en su sitio y se quejaba a su marido. La señora Velazquez se quedo delgada como las palmeras del patio y huesuda como un escleto. Rundinaba por los pasillos de lo imposible y su mirada se perdio en los pocos objetos que quedaron en la cocina.Aveces una fiebre humeda recorria su frente confundiendose con el calor que la lluvia del oeste traia. La señora Velazquez entro en la ansiedad, y queria tener todo bien dispuesto, todo en su sitio, para el dia que terminara la lluvia, llego al estremo de soñar en una lluvia que por lo menos no mojara y dejara perfumes en las flores marchitas del jardin.
Los habitantes de Sibanicu eran taciturnos y sus ojos eran gotas de lluvia , donde el reflejo era cristalino y humedo.Sibanicu no tenia caminos y cualquier intento de conectarlo con el exterior era en vano, las fuertes lluvias desacian los caminos y la vegetacion los volvia a cerrar.
La hija Velazquez, morena y fina como los gallos finos de corral. le sonaban las lluvias a musica y con cada una cantaba canciones inventadas por una voz que salia a borbotones y a todas las horas. las piedras blancas del rio se convertian en corazones al oirla , a su paso todo cambiaba de nombre y las calles se estrechaban por verla pasar.Los taciturnos pueblerinos de Sibanicu adivinaban el resplandor del sol en el corazon de esta mujer.
En tiempos en que la lluvia caia suavemente como una brisa de humedad, llego a Sibanicu el Doctor Platon, un viejo alto de largas barbas y olor a podrido, decia venir del extremo oriente , donde se doctoro en las magias del sueño y en la Alquimia del olvido. Los Velazquez lo acogieron en un cuartucho de su triste y derrumbado hogar, les dio en pago una medicina que aumentaba el vigor y la fuerza de las almas y la señora Velazquez se la tomaba a largos tragos esperando que todo volviera a estar en su sitio y su alma volviera a ocupar su lugar.
Sibanicu entro en un silencio total provocado por las lluvias del Este, lluvias acidas y corrosivas. La hija pequeña de los Velazquez , infantil e inquieta, recorria todos los rincones de la casa y estudiaba el arte de la vision con el viejo profesor Platon. Las lluvias del Este enmudecio a la niña para siempre, y en su lugar tenia una sonrisa que atravesaba los corazones y los volvia agua. la lluvia dejo de empaparla y sus ojos fueron espejo de las nubes.
Sibanicu entro en una decadencia espiritual y todos perdieron la nocion del tiempo y del espacio, olvidaron despertar del sueño que envolvio al pueblo.Un sueño de espejismos donde nadie reconocia a nadie y la esperanza del Sol desaparecio de sus vidas.
El señor Velazquez , un hombre seco y triste, dedicaba su tiempo a su caballo ,a su cerdo y a su perro, a los cuales los trataba cono a iguales, en esa lluvia del Este , el perro quedo ciego y andaba guiandose por el olfato,ladrando en las esquinas su melancolia y abandono, al cerdo le dio por soñar y roncar y el esqueletico caballo compartia la tristeza y la soledad con su amo.Las lluvias del Este arrasaron los campos de maiz y los convertian en carbon podrido, las casas inchadas, como embarazadas, de tanta agua acida.La lluvia lo inundo todo a olor a muerto.
La hija pequeña de los Velazquez entro en el cuartucho del doctor Platon y le hizo comprender con sus ojos de nubes y su sonrisa acuosa del mal del sueño que los habitantes de Sibanicu padecian.
El Doctor Platon busco remedios y recurrio a su profesor Chi-Huan en conversacion telepatica desde la lejana China. Solo el Sol podia sacar de ese estraño sueño a sus habitantes, fue la respuesta del viejo Chino. El doctor Platon invoco las fuerzas de las cuatro esquinas del mundo antiguo, para despejar de las eternas lluvias a Sibanicu.
El rio se desbordo e hizo del pueblo una laguna, el agua entraba por las casas y se llevaba a su paso a las cosas y a las personas, la abuela de los Velazquez murio en un rincon de la casa, se fue sin decir palabra y con los ojos puestos en el Diluvio por venir, nadie se apercato de su muerte y la riada se la llevo a mares lejanos y calidos inundados por el sol.
Todo Sibanicu quedo anegado y las casas iban a la deriva como los muertos del cementerio, los animales murieron ahogados y arrastrados , el perro de los Velazquez perdio el olgato y se puso a llorar , lagrimas de agua acida. La hija mayor de los Velazquez canto una triste cancion y los pocos habitantes del pueblo pasaban del olvido a la melancolia. Sibanicu entero era un espejismo, el espejo de aguas eternas.
Las invocaciones del doctor Platon seguian su curso en direccion a las cutro esquinas del mundo y la hija pequeña de los Velazquez lo acompañaba en una conversacion telepatica con lejano oriente.
El sol se puso sobre un cielo limpio y azul, un sol que jamas fue tan grande e intenso como aquel, la lluvia desaparecio como si nunca hubiera existido y todas las aguas se marcharon del pueblo, hasta el rio quedo seco con sus grandes piedras blancas.La señora Velazquez entonces supo que jamas nada estaria en su sitio y que su alma se perdio fluyendo con las aguas y se dejo en su obsesion de rehacer la casa.
Sibanicu desperto de su sueño para entrar en otro mas profundo, del olvido a la desolacion. El doctor Platon marcho a Oriente con la hija pequeña de los Velazquez. Y los pocos habitantes de Sibanicu se dejaron morir.
Sibanicu quedo hecho un escleto calcinado sobre una superficies arida, en un lugar que ni los lagartos querian para tomar el sol
El recuerdo de Sibanicu desaparecio de la tierra.
Pasaban las horas, los dias y los años y el tiempo dejo de existir sobre Sibanicu, las epocas eran contadas por la forma de la lluvia: la epoca de la lluvia tranquila, los tiempos de las inundaciones del rio, la edad de las tormentas de rayos, la decada de las gotas gordas , tan gordas como palomas.
Era la epoca del granizo, los impactos sobre el techo producian un estruendo que ensordecia a la señora Velazquez, poco a poco entro en el devastador mundo de la Preocupacion.No paraba quieta y ponia barreños para las goteras que caian sobre un suelo ya mojado.Para ella nada estaba en su sitio y se quejaba a su marido. La señora Velazquez se quedo delgada como las palmeras del patio y huesuda como un escleto. Rundinaba por los pasillos de lo imposible y su mirada se perdio en los pocos objetos que quedaron en la cocina.Aveces una fiebre humeda recorria su frente confundiendose con el calor que la lluvia del oeste traia. La señora Velazquez entro en la ansiedad, y queria tener todo bien dispuesto, todo en su sitio, para el dia que terminara la lluvia, llego al estremo de soñar en una lluvia que por lo menos no mojara y dejara perfumes en las flores marchitas del jardin.
Los habitantes de Sibanicu eran taciturnos y sus ojos eran gotas de lluvia , donde el reflejo era cristalino y humedo.Sibanicu no tenia caminos y cualquier intento de conectarlo con el exterior era en vano, las fuertes lluvias desacian los caminos y la vegetacion los volvia a cerrar.
La hija Velazquez, morena y fina como los gallos finos de corral. le sonaban las lluvias a musica y con cada una cantaba canciones inventadas por una voz que salia a borbotones y a todas las horas. las piedras blancas del rio se convertian en corazones al oirla , a su paso todo cambiaba de nombre y las calles se estrechaban por verla pasar.Los taciturnos pueblerinos de Sibanicu adivinaban el resplandor del sol en el corazon de esta mujer.
En tiempos en que la lluvia caia suavemente como una brisa de humedad, llego a Sibanicu el Doctor Platon, un viejo alto de largas barbas y olor a podrido, decia venir del extremo oriente , donde se doctoro en las magias del sueño y en la Alquimia del olvido. Los Velazquez lo acogieron en un cuartucho de su triste y derrumbado hogar, les dio en pago una medicina que aumentaba el vigor y la fuerza de las almas y la señora Velazquez se la tomaba a largos tragos esperando que todo volviera a estar en su sitio y su alma volviera a ocupar su lugar.
Sibanicu entro en un silencio total provocado por las lluvias del Este, lluvias acidas y corrosivas. La hija pequeña de los Velazquez , infantil e inquieta, recorria todos los rincones de la casa y estudiaba el arte de la vision con el viejo profesor Platon. Las lluvias del Este enmudecio a la niña para siempre, y en su lugar tenia una sonrisa que atravesaba los corazones y los volvia agua. la lluvia dejo de empaparla y sus ojos fueron espejo de las nubes.
Sibanicu entro en una decadencia espiritual y todos perdieron la nocion del tiempo y del espacio, olvidaron despertar del sueño que envolvio al pueblo.Un sueño de espejismos donde nadie reconocia a nadie y la esperanza del Sol desaparecio de sus vidas.
El señor Velazquez , un hombre seco y triste, dedicaba su tiempo a su caballo ,a su cerdo y a su perro, a los cuales los trataba cono a iguales, en esa lluvia del Este , el perro quedo ciego y andaba guiandose por el olfato,ladrando en las esquinas su melancolia y abandono, al cerdo le dio por soñar y roncar y el esqueletico caballo compartia la tristeza y la soledad con su amo.Las lluvias del Este arrasaron los campos de maiz y los convertian en carbon podrido, las casas inchadas, como embarazadas, de tanta agua acida.La lluvia lo inundo todo a olor a muerto.
La hija pequeña de los Velazquez entro en el cuartucho del doctor Platon y le hizo comprender con sus ojos de nubes y su sonrisa acuosa del mal del sueño que los habitantes de Sibanicu padecian.
El Doctor Platon busco remedios y recurrio a su profesor Chi-Huan en conversacion telepatica desde la lejana China. Solo el Sol podia sacar de ese estraño sueño a sus habitantes, fue la respuesta del viejo Chino. El doctor Platon invoco las fuerzas de las cuatro esquinas del mundo antiguo, para despejar de las eternas lluvias a Sibanicu.
El rio se desbordo e hizo del pueblo una laguna, el agua entraba por las casas y se llevaba a su paso a las cosas y a las personas, la abuela de los Velazquez murio en un rincon de la casa, se fue sin decir palabra y con los ojos puestos en el Diluvio por venir, nadie se apercato de su muerte y la riada se la llevo a mares lejanos y calidos inundados por el sol.
Todo Sibanicu quedo anegado y las casas iban a la deriva como los muertos del cementerio, los animales murieron ahogados y arrastrados , el perro de los Velazquez perdio el olgato y se puso a llorar , lagrimas de agua acida. La hija mayor de los Velazquez canto una triste cancion y los pocos habitantes del pueblo pasaban del olvido a la melancolia. Sibanicu entero era un espejismo, el espejo de aguas eternas.
Las invocaciones del doctor Platon seguian su curso en direccion a las cutro esquinas del mundo y la hija pequeña de los Velazquez lo acompañaba en una conversacion telepatica con lejano oriente.
El sol se puso sobre un cielo limpio y azul, un sol que jamas fue tan grande e intenso como aquel, la lluvia desaparecio como si nunca hubiera existido y todas las aguas se marcharon del pueblo, hasta el rio quedo seco con sus grandes piedras blancas.La señora Velazquez entonces supo que jamas nada estaria en su sitio y que su alma se perdio fluyendo con las aguas y se dejo en su obsesion de rehacer la casa.
Sibanicu desperto de su sueño para entrar en otro mas profundo, del olvido a la desolacion. El doctor Platon marcho a Oriente con la hija pequeña de los Velazquez. Y los pocos habitantes de Sibanicu se dejaron morir.
Sibanicu quedo hecho un escleto calcinado sobre una superficies arida, en un lugar que ni los lagartos querian para tomar el sol
El recuerdo de Sibanicu desaparecio de la tierra.